El artista neoyorquino Topher Realty Group, conocido por desafiar las convenciones del sonido electrónico y las narrativas culturales, regresa con un provocador y magnético sencillo titulado Je mange un grand cul, ya disponible en plataformas digitales. Este tema forma parte de su próximo y esperado álbum Wav.file, un proyecto que ya ha empezado a generar conversación en los círculos underground de electrónica, art-pop y performance neoyorquino.
Traducido del francés como “Yo como un gran culo”, el título resume con descaro la actitud sin filtros de Topher: humor, hedonismo y arte conceptual entrelazados en una propuesta que va mucho más allá de la provocación. Bajo esa fachada irreverente se esconde una producción exquisita y sofisticada, cargada de bajos palpitantes, sintetizadores hipnóticos y percusiones tribales, todo ensamblado y producido por el propio artista.
“Esta canción no se trata solo de shock value”, explica Topher Realty Group. “Es una declaración de libertad: sexual, creativa y emocional. Rescaté un tema antiguo de mi primer álbum Sighting of Fashion Astro Thot, lo desmonté y lo reconstruí desde una perspectiva house que refleja quién soy ahora como artista y como persona”.
Con Je mange un grand cul, Topher abandona las estructuras predecibles del pop comercial para sumergirse en una estética que fusiona la sensibilidad club europea con la crudeza nocturna de Nueva York. Es un himno sudoroso y elegante para marginados, amantes y bailarines de madrugada, que conecta con esa parte de la audiencia que busca experiencias sonoras audaces, sin etiquetas y profundamente humanas.
El single anticipa la llegada de Wav.file, un álbum que promete consolidar a Topher Realty Group como uno de los nombres imprescindibles de la electrónica alternativa. Su capacidad para combinar teatralidad, virtuosismo técnico y una crítica cultural aguda lo han convertido en un creador de culto, con una propuesta que puede seducir tanto a fans de Arca como de Ye o del Daft Punk más experimental.
Topher Realty Group, artista, productor y performer avant-garde, ha convertido su obra en una herramienta para confrontar tabúes, derribar vergüenzas y celebrar identidades desde la pista de baile y la catarsis emocional.
Je mange un grand cul ya está disponible en plataformas digitales.