El grupo gaditano Ruge Boreal vuelve a poner el corazón al frente con El tiempo que nos quede, un nuevo EP que los confirma como una de las bandas más sensibles y emocionales de la escena independiente andaluza. Cinco canciones que no solo consolidan su identidad sonora, sino que reflejan con nitidez esa mezcla de nostalgia, desgarro y belleza contenida que siempre los ha acompañado.
Este trabajo recoge los sencillos que ya habían ido desgranando en los últimos meses —El tiempo que nos quede, Siempre nos quedará, Esta noche y Noche vayas por favor— y añade como broche final Lirio de Cristal, una pieza inédita que se convierte en el corazón emocional del disco. Grabado y producido por Juan Antonio Mateos en Grabaciones Sumergidas, el EP refleja una evolución natural respecto a su anterior Todo irá bien, prométeme, acercándose a una sonoridad más cuidada, con texturas envolventes, matices rockeros oscuros y una poesía cada vez más afinada.
El protagonismo absoluto se lo lleva Lirio de Cristal, canción que funciona como un viaje introspectivo donde la herida se convierte en belleza. La banda construye aquí una atmósfera etérea y densa al mismo tiempo, que acompaña versos cargados de simbolismo: “Un lirio de cristal protegerá mi duelo”, canta Diego, con una fragilidad que se sostiene firme sobre guitarras contenidas y una percusión que late como un corazón cansado. Es uno de esos temas que no se explican, se sienten.
El resto del EP completa ese viaje emocional con piezas que miran al pasado sin miedo y al presente con la melancolía de quien sabe que todo es efímero. El tiempo que nos quede es una balada con aires emo-rock que abraza el recuerdo como motor de vida. Siempre nos quedará funciona como un canto de resistencia desde la música, mientras Esta noche captura ese instante suspendido donde el deseo y la libertad hacen olvidar las heridas. Por su parte, Noche vayas por favor es un homenaje a las amistades dispersas, a esos nombres que vuelven cuando suena la canción adecuada en el lugar adecuado.
Formado por Diego a la voz principal y guitarra, Juata a la guitarra solista, Martín al bajo y Arturo a la batería, Ruge Boreal muestra en este EP una cohesión absoluta, dejando claro que ya no son una promesa: son presente. Con El tiempo que nos quede, la banda da un paso firme hacia adelante, alejados de etiquetas, fieles a un sonido propio que huye de las fórmulas fáciles y conecta con una generación marcada por la nostalgia y las emociones sin filtro.
Lo de Ruge Boreal no es una pose, es un refugio. Y esta vez, con Lirio de Cristal como joya central, han firmado su trabajo más sincero y devastador hasta la fecha.