Entrevista a Eyre Suárez
"Chaveleando" es un Homenaje a Chavela Vargas, una artista que supo transmitir como nadie todo el sentimiento escondido en cada una de las canciones que interpretaba de forma muy particular.
Tanto es así que se le llegó a nombrar "El llorar eterno del Altiplano". Una mujer que lloró los temas musicales hasta lograr que sus seguidores hicieran un ejercicio de humildad impresionante al dejarse "curar el alma" en cada uno de sus conciertos.
En esta gira "Chaveleando" Eyre Suárez ha hecho una selección de los temas más destacados de su extensa discografía. Canciones que sin ser suyas hizo propias con un estilo muy especial, desnudando el mariachi hasta despojarlo y quedando nuestra alma también desnuda ante ella, ante el mundo y ante nosotros mismos.
Bienvenida Eyre Suarez.
Es un placer poder entrevistarte. Comenzamos, ¿preparada?
Claro que sí. El placer es mío.
Para los que no te conocen, ¿quién es Eyre Suarez?
Soy una intérprete de canciones más que cantante, que contra todo pronóstico y en contra de todo el mundo, interpreta las canciones que le gustan, tal como le gustan.
No busco el reconocimiento, ni ser una persona que va por ahí alardeando de nada. Simplemente hago lo que a mi gusto y mis oídos les parece bonito, elegante y bueno. En ese sentido soy un poco nostálgica, y no me dejo llevar por voces que me dicen que lo que hago no es comercial.
No pretendo ser comercial ni nada de eso. Busco la solemnidad, darle a esa música que durante años fue carne de pachanga y de cantinas el prestigio que merece. Son letras preciosas. México ha tenido excelentes compositores.
¿Qué te llevó a querer dedicarte al mundo de la música?
Es una pasión que he tenido siempre. Como un lienzo que algún día tenía que empezar a pintar, y aquí estoy.
Cuando tenía 10 años, en la celebración de la comunión de una prima mía, canté unos tangos de Carlos Gardel, y unos periodistas quisieron llevarme a la televisión porque les parecía extrañísimo que una niña de esa edad cantara ese tipo de música tan antigua, pero mi madre no me dejó ir.
Volvieron a insistir meses después, pero de nuevo se toparon con la negativa de mi madre.
Es una asignatura pendiente.